Bica blanca.

La receta de hoy es típica de Galicia, con una textura como de nube, de miga densa pero suave que se deshace en la boca. Para elaborarla no hac falta ningún tipo de impulsor ya que conseguimos que aumente de tamaño gracias a las burbujas que formamos al hacer el merengue y semimontar la nata. Por esto mismo la única «complicación» que tiene es que debemos mezclar los ingredientes con movimientos envolventes para desgasificar lo menos posible la masa.

Esta compuesta de sólo cuatro ingredientes y es una muy buena forma de ver una forma diferente de elaborar este bizcocho. Como de los huevos solo aprovecharemos las claras para esta receta, con las yemas que nos sobren podemos hacer elaboraciones como flanes, pudding, crema inglesa, lemon curd,…

-INGREDIENTES-

  • 8 claras a temperatura ambiente.
  • 400 g de azúcar.
  • 350 ml de nata para montar (35% materia grasa)
  • 350 g de harina.
  • A mayores del azúcar de la masa, azúcar para espolvorear por encima.

Precalentamos el horno a 170ºC

Vamos a empezar montando las claras, cuando empiecen a espumar iremos añadiendo más o menos 3/4 partes del azúcar y montaremos esto hasta conseguir un merengue francés denso.

Por otro lado semimontaremos la nata con el azúcar restante (1/4 más o menos) No montaremos de todo la nata ya que después al seguir manipulándola para integrar el resto de elementos se nos podría cortar, además al estar semimontada tendrá una textura suave más fácil de integrar.

Cuando tengamos el merengue hecho y la nata semimontada mezclaremos ambas elaboraciones añadiendo la nata al merengue en 3 veces y con movimientos envolventes. El resultado será una mezcla muy aireada.

Por último añadiremos la harina tamizada en dos o tres veces y la integraremos con movimientos envolventes.

Es normal que al integrar la harina se pierda algo de volumen, el resultado es una masa densa. Ahora debemos disponer de un recipiente apto para horno cuadrado o rectangular y lo forraremos con papel de horno ya que para luego desmoldar la bica será más cómodo y así evitaremos romper la costra de azúcar que se creará en el horno. Como truquillo os diré que yo cojo un papel de horno un poco más grande que el molde donde lo voy a poner, lo estrujo haciendo una pelota y la pongo debajo del grifo para que se moje bien. Cuando esté bien mojada la escurro bien y abro la pelota, con un trapo limpio seco un poco el papel para que no lleve excedente de agua y con esto consigo que el papel quede mucho más moldeable y se adapte mejor.

Pongo la masa en el molde y la aliso con ayuda de una lengua, cuchara o espátula, por encima la cubro con la capa muy fina de azúcar que es lo que hará que en el horno se forme esa costra tan característica de las bicas.

Hornearemos hasta que se dore la costra y que al pinchar la bica el palillo o cuchillo salga seco. Al salier del horno con ayuda de otra persona para que no se nos rompa, sacaremos la bica del molde ayudándonos con el papel y la colocaremos sombre una rejilla para que se enfríe totalmente.

Cuando la cortéis observaréis que la miga es muy blanca, suave, compacta y muuuuuuy esponjosa, tiene una textura increíble que es lo que más me gusta.

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